28.1.09

"¿Qué es la felicidad?"

La felicidad es... como un paquete surtido de galletitas. Primero te comés todas las más ricas, para después darte cuenta de que quedó lo peor para el final. Te resignás y seguís para adelante, consciente de que lo que queda no va a ser ni lindo ni divertido. Y es ahí cuando te aparece esa galletita rica que tanto anhelabas. La comés al toque que la descubriste, pero la disfrutás mucho más.

Filosofía barata, que le dicen. Y pensar que se escribieron tantos libros de autoayuda para esto... Me parece que voy a patentar este texto y llenarme de guita...

24.1.09

Diez pequeños mandamientos

Todo tiene sus reglas, mal que nos pese. Ajenas o autoimpuestas. Comprar libros no es la excepción. Aquí comparto algunas pequeñas conclusiones a las que he llegado luego de innumerables desilusiones, alegrías y pérdidas (literalmente, no encontraba a mi mamá) en librerías.
  1. No agarrarás un libro cuya portada muestre parejas abrazadas en paisajes de almanaque. Será malo, abundante en cliches y te dejará con una sensación de "acá faltaba algo".
  2. Evitarás los libros en los que el nombre del autor aparezca más grande que el título. Evidentemente el sujeto se hizo famoso con un solo libro, y las editoriales le sacan todo el jugo posible.
  3. Tomarás con pinzas los libros que han sido llevados al cine, especialmente si antes de leerlo viste la película y te pareció fantástica cinematográficamente hablando, pero la trama no fue protagonista.
  4. Desconfiarás instintivamente de los libros víctimas de campañas de publicidad descomunales. De esta manera te ahorrarás futuros desengaños.
  5. Serás paciente con vendedores, sistemas caídos y falta de stock. Son obstáculos omnipresentes en la carrera por tus libros.
  6. No discriminarás ninguna librería, por más vieja y fea que se vea desde afuera.
  7. Revisarás la mesa de saldos, esgrimiendo cualquier argumento: avaricia, curiosidad, ganas de experimentar...
  8. No te resignarás a un "no" como respuesta a tu pregunta "¿Tiene el libro XXXX?". Por lo tanto, recorrerás incansablemente las librerías, lo que nos lleva al mandamiento número 6.
  9. Analizarás cuidadosamente las recomendaciones de libros hechas por otros conocidos. Prestarás especial atención a la frecuencia con la que leen y a la calidad de las recomendaciones que te hayan hecho en ocasiones anteriores
  10. De vez en cuando, te saltearás todos estos mandamientos.
Que les aproveche.

20.1.09

Dibujos, dibujos, dibujos (parte 2)

Continuando con la discusión (¿?), les presento a mis dibujos animados favoritos. Con videos.

X-Men. Eran violentos sin ser violentos y me traen muy lindos recuerdos. Levantarme temprano, esperar a que la antena agarrara el canal de Uruguay que los transmitía, y sentarte a disfrutar de la vida...



Pinky y Cerebro. El ratón con aspiraciones de emperador y su ayudante estúpido, con sus (no tan) geniales planes para conquistar el mundo, me dejaron una frase célebre: "Cerebro, ¿qué haremos mañana en la noche?". Acá, el boleto al pasado... digo, a la presentación del programa.



Los Padrinos Mágicos. Además de reírte, es impresionante la cantidad de mensajes útiles pero a la vez inútiles que te dejan. Están al aire y los pasan hasta en la sopa, pero por si se colgaron y no los vieron, denle play a esta parte de un episodio.



Las Chicas Superpoderosas (no animé). En realidad no estaba tan bueno, pero lo miraba por Mojo Jojo. Ese mono sí que sabe robarse el show. El último video. Está en inglés, pero lo vale.



Bugs Bunny. El padre de todos los anteriormente mencionados y el mejor, lejos.



Adiós. Que la vida les sonría.

16.1.09

Dibujos, dibujos, dibujos

Hoy visitaremos la sala de los dibujos animados. Claro, este es mi zoológico privado. Obvio que tengo salas temáticas, ¿qué se piensan? ¿Que es tercermundista? Váyanse a su casa... No, mejor lean.

Aristóteles dijo, allá lejos y hace tiempo, que la virtud es el justo medio, el equilibrio entre dos vicios: uno por exceso y otro por defecto. Y tenía razón. Los extremos no son buenos. Menos si se trata de admitir placeres culposos, como un gusto por los dibujos animados. Infantiles, claro está. En mi camino he encontrado mucha gente con distintas actitudes al respecto, que van desde la negación absoluta a un ridículo infantilismo, acompañado con miedo a crecer. Para Aristóteles, ésos serían los extremos. Detengámonos en ellos por un momento.

En esta esquina, ¡la negación! (aplausos). Fácil, muy fácil de reconocer. Es esa gente que ante la más pequeña mención de una caricatura salta como si hubiera descubierto que aplastó un sapo al sentarse. "¡No! ¿Qué es eso? (cara de asco y de superación) ¡Yo no miro eso! Es más, ¡nunca lo miré ni lo pienso hacer!". Como digas. El caso es que apenas llega a su casa, se relaja, se descalza y prende la tele. Y mira todo aquello de lo que renegó en público. Cartoon Network, Nickelodeon, Disney Channel, Jetix... es insaciable, hasta podría llegar a ver Retro a la hora que pasan dibujos. Ya relajado y contento, se va a dormir. A la mañana siguiente, se pone el traje, ajusta su máscara de persona seria que no ve dibujitos y se va a continuar con su vida pública, sabiendo que a la noche estarán los Padrinos Mágicos esperándolo para alegrarle el día.

Y en la otra esquina, ¡el eterno niño! (aplausos). También muy fácil. Es el pelotudo que te dan ganas de matarlo porque está todo el día rascándose las soberanas pelotas y lo único que hace es ver tele. Eso, sumado a un alarmante grado de vagancia y mezclado con una pizca de nene consentido, da como resultado al eterno niño que tenemos el orgullo de presentarles. Este, en lugar de saltar porque aplastó un sapo, salta de felicidad cuando alguien menciona la palabra "dibujitos". Porque, al igual que el negado, se los vio todos. Todos, todos.

Y arbitrando esta pelea... todo el resto. La gente normal (como yo, uuuhh tengan miedo, si siguen leyendo esto van a terminar tan normales como yo, muajajaja), que no tiene ningún pudor en admitir que mira dibujos animados, que se aguanta las risas de los del bando de los negados, pero que no lo anda sacando a relucir. No se crean, no somos tantos oficiando de réferis.

Ahora, que corra sangre (¿?). Para la próxima, un listado de mis dibujos animados preferidos. Ya está demasiado largo este post.

12.1.09

Aviso

Mudo mi dolce far niente a otros pagos. O sea, me rajo.
Dejaré el blog conectado a respirador artificial. Programo entradas. No me fanatiza la idea, pero las tengo dando vueltas hace bastante (sí, me olvidé de publicarlas) y me da lástima que esperen a que yo vuelva para publicarlas. Obvio, lo más probable es que no conteste los comentarios ni pase por otros blogs. Y bueno, quien sabe, tal vez es mejor para ustedes. Pero volveré y seré Cangallo, ya lo saben. Ni piensen que se van a librar así de fácil de mí.

Mis saludos y buenos deseos.

10.1.09

Posteo al paso

/ (barra) en inglés se dice slash

8.1.09

Verdades indudables X

Ser tímido es feo. Pero no ser tímido y tener un ataque de timidez, es el acabóse.

Contrariamente a mis costumbres, me explayaré en un post de verdades.

Casi se podría decir que no tengo vergüenza. También puede decirse que pertenezco al equipo de los desubicados. Y estoy orgullosa de eso. Pero en esos momentos en los que la desfachatez me vendría bárbaro, inexplicablemente no aparece. Me agarra la timidez (sí, y no me suelta, hagan el chiste trillado nomás). Como ayer, que me quedé mirando su número en la pantallita del celular, debatiéndome en el clásico "lo llamo-no lo llamo" por una hora. Obvio, llamé (nunca me costó tanto apretar send en mi vida) y me contestó la señorita de Claro, diciéndome que "no puede recibir su llamada en este momento". Me lo merezco por tímida momentánea.

Qué post tan confesional y... rosa.

6.1.09

Verdades indudables IX

Si lees el diario*, lees las necrológicas. Y obvio, no lo admitís.

*El cuerpo principal. Leer los chistes, hacer los sudokus y fijarse qué dan en la tele no cuentan.

3.1.09

El infierno está... tecnológico esta noche

Reproductores de mp3. Aparatejos infernales, destinados a complicarte la existencia. Y además, como todas las otras cosas catalogadas como "satánicas", no podés vivir sin él. O sí, pero tenés síndrome de abstinencia. Es que simplemente tiene tantas, pero tantas partes que es posible que se rompan/pierdan/dejen de funcionar, lo que lo convierte en un objeto odioso (como mínimo).
El cable usb siempre desaparece, pero es particularmente invisible cuando a tu reproductor le quedan 0,0000001 líneas de batería y tenés por delante un día muy largo.
También desaparecen los cargadores. O se rompen y justo se te había vencido la garantía. En el mejor de los casos. Porque puede pasarte que tu adminículo lo hayas comprado en un lugar poco respetable (somos muchos, relax), por lo que ese vocablo no existirá en el registro de los vendedores. Lo más probable es que ni siquiera los encuentres donde los dejaste. A los vendedores.
Y los auriculares. Eso es otra cosa. Se te va a romper siempre el del mismo lado. Y nunca, pero nunca, te van a durar más de seis meses. También es mentira que si te comprás unos más caros durarán más. Es todo una maniobra de los fabricantes. Y hay más. En realidad, esas cosas son anzuelos high-tech para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Dama promedio, tu cartera es un quilombo, por lo que en el acto de sacar tu reproductor, dichos anzuelos arrastrarán a su paso casi cualquier cosa: lápices sueltos, papeles viejos y una larguísima lista de etcéteras que toda cartera femenina debe contener. En cuanto a ti, caballero, tus bolsillos son un asco, y tus auriculares te dejarán en evidencia, esparciendo boletos viejos, monedas de cinco centavos y otras cosas por ahí; y acusándote silenciosa pero efectivamente de sucio.
Esto se suma a lo que dijimos anteriormente, que nunca reproducen lo que de verdad querés escuchar. Esta situación se desarrolla: de una ligera molestia (que ocurre cuando tenés unas... 25 canciones), pasa a ser un engorro (de 25 a 50 canciones) y de allí a una cólera asesina (más de 50 canciones).
Pero si no lo uso me agarra la abstinencia...