16.5.09

Círculo

Siempre pasa lo mismo. Es un ciclo que se repite una y otra vez, del que no se puede escapar. Primero viene el rechazo, a veces acompañado del asco. Simplemente no querés tener nada que ver con eso. Cómo a alguien se le puede ocurrir relacionarte a vos con eso, cómo pudo ocurrírsele, por Dios. No lo podés comprender, y eso te deja en una situación bastante inestable.
Pero tanto asco engendra curiosidad. Por saber qué es eso que instintivamente estás rechazando. Así, sin proponértelo, comenzás todo tipo de averiguaciones, te familiarizás más y más con el objeto de tu odio. Hasta que descubrís que no podés vivir sin él. Felicitaciones. Has pasado del odio al amor enfermizo.
Después de un tiempo variable, te cansarás y empezarás a experimentar. Conocerás nuevas cosas, verás nuevos lugares y tu cabeza se abrirá. Descubrirás que hay algo más allá de tus obsesiones. Y ahí empieza el distanciamiento. Probarás nuevas cosas, al principio parecidas. Más tarde te animarás a lo diametralmente opuesto sin temer al qué dirán. Tu enfermedad mutará gradualmente hacia el amor y, con el tiempo, hacia el cariño. Ese cariño con el que los viejos recuerdan sus travesuras de niños o reviven su adolescencia. Tal vez, si tenés suerte, llegarás a la indiferencia total. Pero eso nunca pasa. Al más mínimo rastro de tu antigua pasión, retrocederás todo el camino avanzado y vuelta al principio.

A vos, antiguo fanático: nunca podrán dejar de gustarte los Redondos.

10.5.09

Verdades indudables XVI (edición feria del libro)

Es más fácil definir tus prioridades cuando tenés 70 personas adelante tuyo en una fila.

6.5.09

"Un amor"

Úsese en circunstancias como ésta:

-¿Viste ese florero/sillón/sweater/tigre de Bengala?
-Sí, un amor.

A ver, paren las rotativas. ¿Un qué?

Un amor. Un amor de objeto, de cosa sin vida, sin sentimientos, incapaz de generarme una reacción fuera del me gusta/no me gusta.
Amor es tu mascota, que la dejás sola todo el día con su plato de alimento y el agua, y que cuando volvés tarde todavía está dispuesto a ignorar que lo abandonaste durante mucho mucho tiempo y te recibe de buen humor y con ganas de jugar.
Amor es tu viejo, que te tolera hasta cuando tenés ganas de poner una molotov abajo de tu cama con cámara adosada para que el mundo vea tu picadillo de sesos en el techo de tu cuarto.
Amor es tu pareja, que le gustás hasta cuando te despertás a la mañana y sos tan sociable como el abominable hombre de las nieves con síndrome premenstrual.
Amor es el básquet (reemplazar aquí por su propia pasión), que te hace vibrar todo y tener sentimientos que no sabías ni que existían y seguramente no figuran en el diccionario.
Amor es eso.
No un mantel. No una cartera. No un sillón.
Bastante claro y fácil, ¿no?
Así que por favor, eliminen esa frase de su registro a la hora de describir un objeto.

Dato extra: esta frase generalmente es usada por viejas platudas.

Post viejo, hasta que logre que mi cerebro funcione o que mis dedos se muevan a la velocidad de mis ideas.