26.4.12

Cuca

Hace un (largo) tiempo escuché la confesión de soledad más demoledora que puede existir.

"A mí me dan muchísimo asco las cucarachas, pero como no tengo a nadie que me las mate, lo tengo que hacer yo."

A mí también me resultan repulsivas. Después de escucharla, lo único que le pido a la vida es que siempre me conceda a alguien que mate las cucarachas por mí. Y un abrazo para esta pobre mujer.