4.8.09

Pasa en el bondi

Habiéndose "terminado" la gripe porcina, reanudé mis viajes en colectivo. No es que antes no lo hiciera, pero como estaba de vacaciones sólo salía si era una cuestión de vida o muerte (¡Oh, se acabaron las películas/galletitas/alcohol! y otras urgentes necesidades de ese estilo). Como decía, volví y me encontré con un par de cosas, que tal vez siempre estuvieron ahí, salvo que con los auriculares puestos no me daba cuenta: el colectivo es uno de los lugares predilectos de la gente para hablar de sexo.
¿Qué tiene el colectivo que no tenga tu casa, o la mesa de un bar? Simple, en cualquier otro lado te escuchan. En tu hogar hay oídos indiscretos, y yo en los mozos no confío. En cambio, el colectivo es ideal. La costumbre de viajar a todos lados con el mp3 a volumen máximo crea el ambiente de intimidad (para hablar, malpensados) que hace que le puedas contar a tu compañero de asiento cualquier cosa sin preocuparte de los que te rodean. Además, en caso de que te escuchen, nadie te conoce, y lo más probable es que nunca te los vuelvas a cruzar. Perfecto.
Los asientos de a dos también ayudan. Imaginen la situación: grupo de amigos numeroso (más de 8 ponele). Siempre hay uno con el que se tiene más confianza para estas cosas. De esta manera, el diseño de los colectivos favorece la comunicación entre estos dos amigos, ya que se pueden sentar juntos y contarse los detalles. Es excelente. Creo que si la raza humana lo hubiera hecho a propósito, no le hubiera salido mejor.
Pero... siempre hay un pero. Es ideal, pero para los mortales comunes medio olvidadizos como yo que se dejan el mp3 en casa, es un poco incómodo escuchar hablar a desconocidos de sus proezas en la cama.

Moraleja: Hablá de lo que quieras, pero recordá que no me importa el tamaño del culo de la hermana de tu mejor amiga, o cuánto tiempo estuviste dándole sin parar, o lo muy fáciles que son las argentinas (textual, escuchado hoy en el 161 cerca del mediodia por quien les habla, y dicho por unos extranjeros de porte intimidante). ¡Moderá tu volumen, ¿OK?!

3 comentarios:

Malala Mala dijo...

yo soy fan de escuchar conversaciones ajenas: en bares, colectivos, paradas de bondis... donde sea, soy una oreja indiscreta que juega al disimulo...

igual, sigue siendo peor sentarte en el colectivo al lado de un viejo con revistas porno porque lo creiste un señor inocente y senil...

Gurisa dijo...

Lo peor es cuando muchachos de cierta clase social que vive en villas (y no residenciales) hacen ostentación de su celular con MP3 y te hace escuchar todo el viaje una cumbia/cuarteto/reggeton con sonido absolutamente distorsionado (por el alto volúmen y porque los celulares no fueron diseñados para ser usados como extra mini componentes), lo que ocasiona que el paseo se convierta en una tortura china.

Horacio dijo...

no es que las argentinas sean fáciles, el problema es que se dejan intimidar :P