22.9.10

Sos mi remera

La ropa es un elemento esencial en nuestra vida. Primero, porque no está bien visto en nuestra sociedad salir desnudos a la calle, y segundo porque, aunque uno no lo quiera, desarrolla una relación bastante íntima con sus prendas de vestir. El deseo, las tácticas para conseguirlas, saber que por fin tenés eso que te hacía falta y le hace tan bien a tu espíritu... En fin, sentir que todo está donde debe estar.
Hasta que, obviamente, la ropa se empieza a desteñir, pierde el calce perfecto de los primeros meses, te hartás de usar siempre lo mismo, revolvés el placard en busca de nuevas opciones. O bien puede pasarte que, no importa cuánto amor, cariño y devoción le hayas dedicado a esa prenda, un buen día decide abandonarte, ignorando las ingentes cantidades de suavizante y jabón en polvo puestas en ella para que esté lo mejor posible.
Con las personas es igual. Con la pequeña diferencia de que, cuando te hartás de ellas, "ya cumplieron su ciclo", y que cuando ellas se hartan de vos, te dejan preguntándote qué pudo haber salido mal.
La respuesta es: todo. Estaba malparido desde un principio.

Pero podrías haber tenido la deferencia de haber dado la cara


1 comentario:

Horacio dijo...

leí SOS MI RAMERA jajajaja