5.2.09

¡Vení para acá, Jonathan Andrés Brian Mascarpone!

Partamos de una base: los hijos no son como las mascotas. Sí, esta bien, hay que alimentarlos y cuidarlos y mimarlos y todo eso. Pero hay algunas diferencias entre ellos, empezando por la expectativa de vida y el rol que desempeñan en la sociedad occidental capitalista. Claramente, los humanos vivimos más que cualquier animal doméstico y somos más necesarios para la sociedad, o al menos lo son algunos humanos.
Entonces, siguiendo esta línea de pensamiento, se desprende que los humanos son más importantes que las mascotas. Por lo tanto, formularé el siguiente planteo: ¿Por qué hay gente que insiste en ponerle a sus mascotas nombres como Mishu, Boby, Pepe o Manchita, teniendo a su alcance nombres mucho más copados como Napoleón, Afrodita, Calígula, Judas, Miss Marple, Sandokan y tantos otros? ¿Y por qué, teniendo la posibilidad de tener mascotas y nombrarlas como cazzo se les cante (amo la palabra cazzo), le ponen nombres extravagantes e incombinables a sus hijos? ¿No va siendo hora de que la gente se de cuenta de que un nombre como Denis Alan Rodríguez no hace ver a sus hijos como unos potentados aristócratas ingleses, sino como unos visheros (como dice el mapache)? Aparte, hijos de una gran meretriz, ¿no pensaron que el chico va a tener que vivir toda su vida con ese nombre, que su nombre es su carta de presentación ante el mundo?
Definitivamente no lo entiendo. Que alguien me ilumine.

1 comentario:

La sabiduría de Pato dijo...

La visherez no tiene lógica, mirá que estuve intentando sacarle la ficha por mucho tiempo jaja.
Y lo voy a seguir haciendo! jeje
Besos!