Es increíblemente fácil irrumpir en casas ajenas. No hay rejas ni guardias, pero siempre hay soportes para enredaderas que ¡oh, casualidad! también pueden servir para trepar.
La maldad de los personajes femeninos es directamente proporcional a la cantidad de maquillaje que usan.
Se sobreentiende que hablo de películas para adolescentes, provenientes del país del norte y hechas con más presupuesto que del que dispone un país chico del África subsahariana para todo un año... o que el nuestro en educación, salud y otras de esas boludeces.
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