Contrariamente a mis costumbres, me explayaré en un post de verdades.
Casi se podría decir que no tengo vergüenza. También puede decirse que pertenezco al equipo de los desubicados. Y estoy orgullosa de eso. Pero en esos momentos en los que la desfachatez me vendría bárbaro, inexplicablemente no aparece. Me agarra la timidez (sí, y no me suelta, hagan el chiste trillado nomás). Como ayer, que me quedé mirando su número en la pantallita del celular, debatiéndome en el clásico "lo llamo-no lo llamo" por una hora. Obvio, llamé (nunca me costó tanto apretar send en mi vida) y me contestó la señorita de Claro, diciéndome que "no puede recibir su llamada en este momento". Me lo merezco por tímida momentánea.
Qué post tan confesional y... rosa.
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